Bandeau de Amatistas - Casa Gran Ducal de Luxemburgo

Originalmente pudo ser una pulsera de amatistas y brillantes que se usó a modo de bandeau sobre la frente. También se acompaña de unos pendientes y originalmente un colgante.

Posiblemente perteneció a la Gran Duquesa Josefina Carlota, pues fue usada en los años 70 por sus hijas, las Princesas Mª Astrid y Margarita.

La Princesa Mª Astrid con el Príncipe Enrique de Dinamarca

La Princesa Margarita con sus hermanos

También fue lucida en los años 80 por la actual Gran Duquesa María Teresa, cuando aún era Princesa.

María Teresa Mestre, Princesa Heredera

Tendrían que pasar unos 30 años, hasta que la Princesa Estefanía, esposa del Príncipe Heredero Guillermo, la volvería a lucir el día de la Fiesta Nacional en 2013.

La Princesa Estefanía de Luxemburgo con las amatistas

La Princesa Estefanía acompañó el bandeau con una gargantilla también de amatistas, que se supone posterior al resto de las joyas.

La Princesa Heredera del Gran Ducado

La Princesa Alexandra, hija de los Grandes Duques, también ha lucido el juego de amatistas.

Princesa Alexandra

Curiosamente, la Gran Duquesa María Teresa ha usado los pendientes y la gargantilla, pero con otra tiara de amatistas, de la que no conocemos su origen.

La Gran Duquesa María Teresa de Luxemburgo




Tiara de Turquesas - Casa Real de Noruega

 Es una tiara de diamantes y turquesas, con un diseño inspirado en la India. Originalmente perteneció a la Reina Alejandra del Reino Unido.


Parece ser que la tiara fue un regalo que el Rey Eduardo VII hizo a su esposa al cumplir esta 58 años, en 1902.

La Princesa Astrid de Noruega

Al fallecer la Reina Alejandra, la tiara sería heredada por su hija Maud, Reina de Noruega, en 1925.


Primer plano de la Princesa con las turquesas
La Reina Maud solía visitar con frecuencia a su familia en Reino Unido, y en una de estas visitas, en la que había llevado gran parte de sus joyas para hacerles una limpieza, Maud de Noruega falleció de un infarto en 1938. Las joyas quedaron en Londres, y al estallar la Segunda Guerra Mundial serían escondidas en el Castillo de Windsor para custodiarlas.

En 1953 las joyas volvieron a Noruega, pero al fallecer al año siguiente la Princesa Marta, nuera de Maud, la joyas volvieron a ser guardadas. No sería hasta 1968, después de la boda del Príncipe Heredero Harald con Sonja Haraldsen, cuando el Rey Olav V decide repartir las joyas entre sus tres hijos: el Príncipe Harald, la Princesa Ragnhild y la Princesa Astrid.


Astrid de Noruega
De esta forma, la Tiara de Turquesas pasa a manos de la Princesa Astrid, quien la ha utilizado en muchas ocasiones.

La Princesa Astrid en las celebraciones del 80 cumpleaños del Rey

No sabemos quien heredará la tiara, aunque todo hace suponer que volverá a la línea principal.

 Según el historiador Trond Noren Isaksen, biógrafo de la Princesa Astrid, la Tiara de Turquesas junto con la Tiara Vasa serán heredadas por el Rey.

Primer plano de la Tiara





Tiara de Aguamarinas - Casa Real de los Países Bajos

 Tiara de estilo art-decó fabricada por el joyero holandés Kempen, Beger & Vos, con siete aguamarinas brasileñas sobre una base desmontable de platino y diamantes. Forma parte de un aderezo de pendientes, collar, broche y pulsera.



Este aderezo no fue hecho como conjunto inicialmente, sino que ha sido producto de la unión de diferentes piezas a través de los años.

La tiara fue un regalo de los Reyes de los Países Bajos, a su hija, la entonces Princesa Juliana al cumplir dieciocho años en 1927. 

La Reina Máxima con las aguamarinas

También recibiría ese día un collar de diamantes y aguamarina y una pulsera hechos en La Haya por el joyero Burnier, como regalo de su abuela, la Reina Enma.

La Reina Juliana de los Países Bajos

Los pendientes serían un regalo de bodas que le hizo su suegra, la Princesa Armgard, en 1937.

La Reina Beatriz I de los Países Bajos


El broche grande en estilo Art deco con una gran aguamarina rectangular con baguette de aguamarinas menores facetadas fue también un regalo de casamiento del príncipe Bernhard en 1937.


La entonces Princesa Máxima

Además de este conjunto de aguamarinas, la Reina Juliana adquirió muchas más aguamarinas

La Reina Máxima con la tiara, pendientes y dos broches (uno en el cinturón)

Las aguamarinas han sido usadas tanto por la Reina Beatriz como por alguna de sus hermanas. 

También por la Reina Máxima y la Princesa Laurentien.

La Princesa Laurentien


La Reina con otra aguamarina como colgante

En la actualidad, el aderezo pertenece a la Fundación Orange Nassau, por lo que no puede ser ni dividido ni vendido.