Tiara de Esmeraldas - Casa Real de Noruega

afddaTiara neoclásica de diamantes y esmeraldas representando volutas y madreselvas, realizada por el joyero imperial francés Bapst en 1804 para la Emperatriz Josefina, esposa de Napoleón.

La tiara sería heredada por el hijo de la Emperatriz, Eugenio de Beauharnais, que la regalaría a su hija Amelia, al casarse con Pedro I de Brasil.
Al fallecer la Emperatriz Amelia del Brasil, legaría en el lecho de muerte gran parte de sus joyas a su hermana, la Reina Josefina de Suecia, que se había trasladado a cuidarla.
El aderezo pasaría a su nuera, la Reina Sofía, esposa del Rey Oscar II de Suecia.

Sofía de Nassau, Reina de Noruega

La Reina Sofía dejará en herencia la tiara con la gargantilla a juego al tercero de sus hijos, el Príncipe Carlos, que contraería matrimonio con la Princesa Ingeborg de Dinamarca.

Ingeborg de Dinamarca, Princesa de Suecia
La Princesa Ingeborg realiza una serie de modificaciones en el aderezo, en la tiara se separan la dos esmeraldas ovales que estaban a los lados de la central, y con ellas se elaboran unos pendientes para completar el aderezo, y de la gargantilla elimina los colgantes y los reparte entre sus hijos.
Una de las hijas de los Príncipes Carlos e Ingeborg, casaría con el futuro Rey Olav de Noruega, y estos le regalaría todo el juego de esmeraldas cuando nació su unico hijo varón, el Príncipe Harald, en 1937.
Marta de Suecia, Princesa de Noruega
Existe una versión de cuando la Princesa Ingeborg entregó la tiara a su hija Marta: en la II Guerra Mundial con la invasión alemana de Noruega en 1940, la Princesa Marta junto con sus hijos abandonó el país y se refugió en Suecia, su país natal, mientras que Olav permanecía en Noruega al lado del rey. La presencia de la Princesa en Suecia resultó incómoda, debido a la política de acercamiento diplomático que este país sostenía con el gobierno nazi de Alemania. Ante esa situación, Marta abandonó Suecia y se exilió a los Estados Unidos, por invitación del presidente Roosevelt.
En el momento de su partida de Estocolmo, su madre, la Princesa Ingeborg le entregó el aderezo de esmeraldas envuelto en un pañuelo, las esmeraldas eran su seguro de vida, podía ir vendiendolas poco a poco si su situación se volvía desesperada. Afortunadamente la Princesa pudo volver a Noruega en 1945.
La Princesa Marta
Al fallecer la Princesa Marta, su hija Astrid utilizará la tiara en alguna ocasión, ya que hasta la boda de su hermano, el Príncipe Harald, será la primera dama del país.
Princesa Astrid de Noruega
 Posteriormente, el uso de la tiara quedará reservado para la Reina Sonja, esposa del Rey Harald de Noruega, siendo su tiara favorita.


Sonja Haralsen, Reina de Noruega
Sus Majestades los Reyes Harald V y Sonja de Noruega

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